Hace ya unas semanas que finalizó Machine-Doll wa Kizutsukanai o Unbreakable Machine Doll, escoged el título que más os apetezca, una de las últimas series que he seguido de la pasada temporada de otoño y que ha cumplido con creces su cometido: entretener.
Si buscáis una serie profunda, con una trama argumental sólida, unos personajes trabajados y una animación digna del maestro Miyazaki, esta... no es vuestra serie. No estamos ante el anime del año y mucho menos creará un fenómeno de masas similar a otros títulos de la pasada temporada, pero cumple al 100% su objetivo, que no es otro que entretener y dejar un agradable sabor de boca tras ver los doce capítulos que forman esta primera entrega.

Debo confesar que esperaba más de este anime. Hacia tiempo que seguía las noticias que se iban publicando sobre él y me apetecía verla. Basada en una idea poco original (alguien seguro que me echará los perros, pero me recordaba a Pokemon o Digimon) y muy común en mangas y animes, la dualidad mago-autómata y las posibles relaciones emocionales entre ambos me atraían fuertemente; pero lo cierto es que las únicas relaciones que se relatan entre ambos no dejan de ser grandes dosis de fan-service (o ecchi, como prefiráis llamarlo) sin ahondar en las relaciones personales y emocionales de ambos.

Aun así, no todo es malo. Los combates entre autómatas son abundantes, con una acción rápida y emocionante, exenta de todo tipo de rellenos insulsos. Los diseños de los autómatas varían enormemente: cyborgs, humanoides, dragones, perros,... junto con un logrado ambiente victoriano y el aura de misterio que rodea a algunos de sus protagonistas son suficientes motivos para ver este anime.

El anime, adaptación de las novelas ligeras escritas por Reiji Kaitō e ilustradas por Ruroo, nos cuenta la historia de Raishin Akabane, un estudiante japonés en la Real Academia de Walpurgis en Inglaterra, en el emergente campo del "Machinart", el arte de la construcción de autómatas, una combinación de magia y tecnología usadas con aplicaciones militares. Acompañado de la joven Yaya, su autómata alimentada por circuitos mágicos y especializada en el combate cuerpo a cuerpo, participará en el torneo de la escuela, un exclusivo combate donde los cien mejores estudiantes y sus autómatas luchan con el objetivo de ser proclamados Maō, el hombre más sabio en el manejo de sus autómatas.

Para acabar, ¿es una serie que recomendaría? Probablemente no, especialmente a alguien que quiera empezar a introducirse en el mundo del anime. Esta es una serie para ver una fría tarde de sábado o domingo, entretenerse un rato y desconectar de todo, pero poco más.
Pero... ¿me ha gustado? Definitivamente si, a pesar de todo lo escrito, me ha gustado, me ha entretenido y ha conseguido que desconecte un rato cada capítulo; si continúan con una segunda temporada la veré... no se, llamadme "bicho raro" o "friki indeciso", pero la serie se deja ver.

Para los que quieran probar, os dejo el trailer de la serie, realmente espectacular:
Larga y Prospera Vida

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