Sin ser la séptima maravilla del mundo, diría que nos encontramos con un anime diferente, que acaba centrando su temática en elementos fantásticos, lleno de folclore japonés y, de hay la idea de diferente, donde cada capítulo es completamente distinto al anterior.
La trama...
El anime nos cuenta la vida de Izumiko Suzuhara, una joven de quince años cuya vida transcurre entre el santuario Tamakura, donde se crió, y su escuela. Debido a su modo de vida, Izumiko nunca ha tenido experiencias con el mundo exterior, y por si fuera poco, los aparatos electrónicos parecen dejar de funcionar cuando pasan por sus manos.A pesar de su timidez y su poca experiencia en la vida, decide probar a vivir en una nueva ciudad y cambiar el rumbo de su vida. Tokio será la ciudad escogida, y en ella descubrirá que es una yorishiro, un receptáculo para un espíritu sintoista. Pero en este viaje no estará sola, le acompañará Miyuki Sagara, entrenado desde muy pequeño para convertirse en un yamabusi o protector de Izumiko.
Para mi gusto, una trama buena pero poco llamativa, y con un desenlace que podemos decir que es cualquier cosa menos un final para la serie.
Los personajes...
Aunque los principales son Izumiku Suzuhara y Miyuki Sagara, el anime nos presenta también un hilo argumental paralelo para tres hermanos, Mayura Sōda, Manatsu Sōda y Masumi Sōda, que entrelazan su historia con el argumento principal.Tampoco hay que olvidar a Ichijō Takayanagi, candidato a presidente del consejo de estudiantes, cargo que pretende conseguir por medio de métodos no muy tradicionales.
En general podría decirse que los personajes es uno de los puntos flojos de este anime. Cada uno posee su propio estilo y personalidad, y durante todo el anime puede verse la evolución que sufren con cada una de sus vivencias. Sin embargo, ninguno de ellos llega a convertirse en memorable, ninguno es imprescindible (yo diría que si quitamos a la propia Izumiku el espectador no lo notaria).
La animación...
Estas son de las que me gustan a mi. Dibujo simple pero efectivo, con tonalidades de color que te sitúan en el ambiente de calma y misticismo que pretende describir el anime. Una dulce y sencilla animación que consigue integrar al espectador en el contexto fantástico de la serie.La banda sonora...
Sumoruwaru drop, de Annabel para el opening y Yokan, de Otou Masami para el ending.No son de los que más me gustan pero no puede negarse que están en relación con la serie: música suave, relajada y con cierto toque de misticismo.
La duración...
La justa, ni más ni menos. Doce capítulos para relajarse y pasar un buen rato.Resumiendo...
A estilo de las que produce PA Works; en mi caso algunas no acaban de gustarme (p.e. Angel Beats!) y otras me encantan (Another). En este caso me ha gustado, pero tampoco como para recomendarlo desesperadamente, aunque debo afirmar que llena una tarde de aburrida programación televisiva.Debo confesar que con este anime he tenido una especie de relación amor-odio, algo extraña diría yo. Lo he abandonado y retomado varias veces, pero siempre encontraba algún motivo para no dejarlo del todo.
Lo mejor de esta serie es su buena historia y el uso que hace del folclore japonés y de los elementos sintoistas; pero también tiene su punto flojo, carece de algún elemento o persona clave que haga destacar este anime por encima de otros.
Valoración | Nota media: 5.20 | |
5/10 | ||
4/10 | ||
7/10 | ||
5/10 | ||
5/10 |
Imágenes: Culture Japan
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