Últimamente a Nintendo le ha dado por abrirse a todo el planeta. Pokemon X e Y ya tuvieron un lanzamiento mundial, y los Nintendo Direct han hecho que las novedades de la gran N puedan llevarse a multitud de países sin problemas. Lo mismo ha ocurrido con algunos juegos, que han visto la luz fuera de las fronteras niponas: Animal Crossing, el futuro Monster Hunter 4 Ultimate...Visto el panorama, era cuestión de tiempo que Nintendo probara suerte con otra de sus grandes franquicias exclusivas en el país del sol naciente: La saga Tomodachi. Y así ha ocurrido. El 6 de junio se puso a la venta Tomodachi Life, la última entrega de esta saga que hasta ahora nunca había salido de tierras japonesas.
Tomodachi Life nos presenta una mecánica de juego curiosa; nosotros somos una especie de dios que obtiene una isla y empieza a darle vida creando residentes y abriendo establecimientos. El jugador nunca controlará directamente a los residentes, que serán miis con personalidad y voces.
Esto nos lleva a la mejor función del juego: el creador de miis. Una de las gracias de Tomodachi Life es que permite crear a personas reales y falsas, cada una con sus respectivas personalidades, y esto dará lugar a divertidas situaciones que irán desde peleas entre Mario y Luigi hasta triángulos amorosos. Ver a los miis hacer sus tonterías por la isla es divertido, y a veces se dan curiosas coincidencias que llevarán al jugador a plantearse si Nintendo observa su vida a través de la cámara de la 3Ds. A pesar de no controlar a nuestros alter egos, eso sí, se nos permite influir en su toma de decisiones, darles de comer, y hacer multitud de chorradas varias. Esto es un plus, y a su vez un problema, puesto que el gran número de menús hacen que a veces el juego parezca un simulador de restaurantes.
Otro gran problema es que, a pesar de una aparente gran cantidad de material y cosas que hacer, el juego se vuelve repetitivo con suma facilidad, especialmente cuando el jugador descubre que aquella gran cantidad de elementos no es tan grande como parecía, limitándose por ejemplo a 4 tipos de comida o un par de minijuegos. Está claro que Tomodachi Life es un juego pensado para jugar en cortos plazos de tiempo, y dedicarle demasiadas horas seguidas sin cansarse es imposible.
Los gráficos y la música no son nada del otro mundo. Cumplen, pero no permanecen durante demasiado tiempo en la memoria ni asombran. Gran parte de la acción ocurre en la pantalla táctil, así que tampoco vale mucho la pena jugar con el 3D activado.
Y no hay demasiado más que decir, la verdad. Tomodachi Life es más un proyecto social que un juego, y como tal incluye la posibilidad de compartir imágenes en varias redes sociales, igual que Animal Crossing: New Leaf. ¿Es un mal juego? En absoluto. Pero la poca cantidad de elementos hacen que la idea envejezca rápido. Nada que no pueda solucionarse con un Tomodachi Life: A new beginning o algo así, todo sea dicho; la saga es relativamente joven, y el concepto todavía puede pulirse mucho más.
Alternativas:
La alternativa obvia es Animal Crossing: New Leaf, que permite más vicio y es más interactivo. Existe otro juego de la misma saga llamado Tomodachi Collection, pero es para DS y no salió de Japón.
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