El Salón del Manga de Barcelona bate records

El Salón del Manga de Barcelona continua batiendo récords año tras año y en esta edición no iba a ser menos; 60.000 m² dedicados al evento y un total de 137.000 visitantes convierten a este evento, tras más de dos décadas, en un punto de referencia para los seguidores del manga, anime y cultura japonesa y en una gran fiesta para la ciudad de Barcelona.

El Salón abrió el pasado jueves, 29 de octubre, con un programa repleto de actividades: actuaciones, talleres, conferencias y concursos que llenaron durante los cuatro días los pabellones dedicados a un evento que había agotado sus entradas (especialmente para el sábado y domingo) varias semanas antes de empezar, generando todo tipo de comentarios en las redes sociales sobre un tema, el aforo disponible, siempre difícil de gestionar y solucionar (realmente comprendo a FICOMIC, no es fácil encontrar el equilibrio entre seguridad y el dejar entrar al máximo público posible).

La ampliación de espacio respecto al año pasado con la inclusión del Palacio 4 ha resultado ser un auténtico acierto por parte de FICOMIC. Esta nueva zona ha permitido el regreso de las proyecciones al Salón, sin tener la necesidad de salir fuera del recinto ferial y el montaje de talleres de cosplay y demostraciones, además de albergar el espacio de Star Wars Japan.

Por mi parte, creo coincidir con algunas opiniones leídas en la red, el Salón del Manga cada vez es menos manga, pero en sentido positivo; se ha convertido en una gran fiesta familiar donde los jóvenes pueden disfrutar del manga, anime, cosplay o videojuegos, y los que no somos tan jóvenes (¡algunos ya tenemos nieve en la azotea!) con la cultura y la gastronomía japonesa (de nuevo un acierto el Espacio Japón en la planta superior) o con algo tan poco oriental como Star Wars.

De esta edición se podría escribir mucho: los mangakas invitados como Io Sakisaka o Inio Asano, los conciertos de Loverin Tamburin o Yami Tabby o algunas conferencias magistrales como la impartida por Oriol Estrada (@CapitanUrias para quien lo siga en Twitter) sobre los yôkai o el increíble testimonio ofrecido por Sadae Kasaoka, una superviviente al bombardeo atómico de Hiroshima; pero lo cierto es que todo no se puede explicar, este evento hay que verlo en vivo y en directo, solo así uno es capaz de sentirse cautivado por el buen ambiente y el buen rollo que se respira en el aire. Este año ya no puede ser, pero para los que no conocen el tema o no han estado nunca en el Salón les comentaría que el año que viene (la próxima edición será del sábado 29 de octubre al martes 1 de noviembre) quedaran con unos amigos (o solos, realmente no importa, la experiencia será igual de grata) y visitaran Salón, dedicarle unas horas es la única forma de entender a qué me refiero cuando hablo de "buen ambiente y buen rollo".

En cuanto a la organización, hay poco de que hablar, diría que muy bien (aunque algunos de nosotros piensen lo contrario... pero esto formará parte de otra historia...), tan solo volver a comentar lo habitual de cada año, la Fira tiene muchas entradas, si se habilitan algunas más se evitarían las largas colas (de hasta dos horas) que se formaron durante el fin de semana; el resto perfecto (aprovecho el momento para agradecer la acreditación de prensa que me permitió moverme con libertad por el recinto).

Resumiendo, cuatro días geniales en los que, según palabras de Pilar Gutiérrez, directora del Salón del Manga de Barcelona, "El Salón del Manga ha supuesto un año más el reencuentro de miles de seguidores de la cultura japonesa. La ampliación del espacio ferial ha permitido aumentar el número de asistentes al certamen. Con todo, la expectativa levantada ha sido enorme. Después de 21 años el público sigue siendo fiel al Salón del Manga de Barcelona y no hace más que aumentar, año tras año, la ilusión en él depositada".

Para finalizar, como una imagen vale más que mil palabras, las fotos que tomamos en el Salón:
Ver álbum
Saludos a todos y nos vemos en el XXII Salón del Manga de Barcelona.

Larga y Prospera Vida