Este pasado lunes, 1 de noviembre, acabó la edición número 27 del Manga Barcelona. Una edición especial y complicada tras el anuncio en septiembre de que el evento volvía de forma presencial a Fira Barcelona. Desde entonces hasta el día de su apertura, FICOMIC ha ido solucionando poco a poco los múltiples problemas con los que ha tenido que lidiar para hacer realidad esta edición tras el parón a causa de la COVID-19.

Con muy poco tiempo para organizar un evento de este tipo, FICOMIC ha tenido que trabajar en varios frentes para que esta edición se convierta en un resurgir del manga y el anime en Barcelona, consiguiendo finalmente reunir a visitantes de todas las edades y procedencias, y logrando que más de 122.000 personas hayan pasado por esta edición, números que avalan que Cataluña tenía hambre de manga y anime.

Pero no ha sido fácil, y la venta de entradas ha sido lo que más polémica ha creado entre la gente. Sin un programa de actividades concretado (y esto ya es un habitual de cada año durante la adquisición de entradas), con caída de la web corporativa y errores múltiples que provocaron entradas duplicadas o que parecían compradas pero no lo estaban, finalmente el cartel de "entradas agotadas" se colgó en pocas horas, lo que provoco que mucha gente se quedara sin su entrada para el Manga. Finalmente, y durante los días que duró el evento, FICOMIC puso a disposición del público nuevas entradas a la venta, lo que no impidió que la reventa se frotase las manos, con precios que en algunos casos llegaban a los 300 euros por una entrada de un día.

Las lecciones aprendidas en la pasada edición online del 2020, han permitido que, a pesar de no poder contar con autores japoneses de forma presencial se haya podido conectar, en colaboración con la Agencia de Asuntos Culturales del gobierno japonés y la Japan Media Artes Festival, con mangakas como Waka Hirako y Marco Kohinata, además de contar con una exposición virtual con algunas de las obras ganadoras de este premio. Así, cada día la primera actividad de la Sala 5 consistía en una conexión en directo con Japón, moderada por Marc Bernabé, contenido que podéis recuperar en este enlace. Un punto a favor de la organización ha sido la sección LIVE, que ha permitido a la gente que no ha podido acudir presencialmente al salón, ver una selección de actividades en directo desde Fira Barcelona cómodamente desde casa.

Ante la ausencia, por motivos obvios, de estrellas internacionales, las estrellas de este año han sido todos nacionales, que han visto como sus sesiones de firmas provocaban grandes colas. Kenny Ruiz ha sido protagonista de una charla sobre su obra con personajes de Tezuka; youtubers convertidos en guionistas de manga, como Wade Otaku o Eric Cuaresma, nos han explicado los secretos de sus nuevas obras, acompañados de los responsables de dar forma a sus historias, Drawill y Cristina Jorge. También Jimi Macías, ganador del bronce al Premio Internacional de Manga, Marta Coca y José Luis Maravall han explicado a los visitantes de los salones de actos sus secretos creativos.

En cuanto al tema de medidas de seguridad respecto a la COVID-19, hay poco que comentar. En general, salvo excepciones (que siempre las hay), la mayoría de visitantes han respetado las normas establecidas, por lo que los cosplays este año traían un complemento más: las mascarillas.

Como novedad, comentar que este año el Manga Barcelona ha ampliado sus actividades fuera de Fira Barcelona, concretamente en Casa Seat, con tres actividades. La primera, un coloquio con algunos de los ganadores de los Premios Manga Barcelona, donde se habló del buen estado actual del sector, que algunos consideran uno de los mejores momentos de su historia. En segundo lugar, Carles Dalmau y Laia López, autores de los dos últimos carteles del evento, pudieron reunirse con fans y firmar una montaña de pósteres. Finalmente, el asesor de contenidos de Manga Barcelona, Oriol Estrada Rangil, ofreció la concurrida conferencia “Ciudades del futuro”.

Una ultima nota a mejorar para próximos años: el evento se realiza en octubre/noviembre, así que la climatología es propensa a las lluvias y el tener una exposición y/o zona de comida no cubierta en plaza Univers creo que no es muy buena idea.

Finalmente, creo que desde FICOMIC han intentado ofrecer el mejor evento, con los recursos de los cuales se disponía y con muy poco tiempo de reacción. Evidentemente hay cosas ha mejorar, especialmente respecto a la venta de entradas, pero esto convencido que el año que viene tendremos una edición mucho mejor (y no más emotiva, porqué la de este año ha sido especial) y sobre todo con más tiempo para organizar las cosas.

Larga y Prospera Vida

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