La edición del 2017 (¡35 años ya!, se nos hace mayor) del Salón del Cómic de Barcelona cerró ayer sus puertas con una cifra récord de visitantes, 118.000 personas que durante los cuatro días que ha durado el evento han podido disfrutar de actividades, exposiciones y talleres variados y que, nuevamente, sitúan al evento como una referencia cultural en el panorama internacional. Una prueba del éxito es que, si no recuerdo mal, por primera vez en la historia del Salón, las entradas para el sábado se agotaron y, tras dos días eminentemente escolares (jueves y viernes), el fin de semana copó la mayoría de público que pudo disfrutar en familia de un agradable ambiente.

Este año, la distribución de espacios del Salón ha variado respecto a anteriores ediciones y, diría, que para mejorar, distribuyendo toda la actividad en el Palacio 1, Plaza Univers, planta superior del Palacio 2 y Palacio 4 (niveles dos al nueve), con una apertura parcial del Palacio 3 que acogía una zona de descanso y permitía moverse desde él entre los Palacios 2.1 y 4.
Quizás la única pega a poner, aparte de la nota nostálgica de la planta baja del Palacio 2, es la sensación de estar mal aprovechados algunos niveles del 4, zonas que a mi parecer daban sensación de "frías".

Pero como dijo Jack el destripador, vayamos por partes...

Plaza Univers

Directamente desde la entrada se accedía a la exposición de Viñetas en Vuelo, una  espectacular exposición relacionada con la aviación mostrando modelos de varias épocas, desde la mítica avioneta Cesna que en tantas aventuras nos ha sumergido hasta los ultra-conocidos helicópteros de transporte y ayuda médica desplegados durante la guerra del Vietnam mostraban la historia que las viñetas de los cómics ofrecen a sus lectores.
Esta zona albergaba además los Foodtrucks, siempre va bien tener a mano algo de comer, aunque las zonas donde sentarse y comer me parecieron pocas.

Palacio 1

Poco a comentar de él ya que es una zona claramente comercial. Lo habitual, stands de grandes (y también pequeñas) marcas, algunas de las cuales buscan ubicarse en este mundo y con este Salón les brinda una oportunidad única para mostrar sus productos.
En cuanto a productos y precios, también como siempre, de todos los gustos y para todos los colores, aunque confesaré que vi alguna colección completa de "Amazing Spiderman" que acabará en mi estantería... si me toca una quiniela o la primitiva porqué de otra forma es inalcanzable.

Palacio 2.1 (planta superior)

Sin palabras para describirlo. Se que la gente de los Fanzines no estaba contento con que los ubicarán en esta planta, pero creo que este año han salido reforzados por ello. A diferencia de la zona comercial en el Palacio 1, en este se podían encontrar cosas verdaderamente interesantes. Desde la exposición "Retratando a Donald Trump" (sin desperdició alguno y creo que de las más visitadas) junto a habituales como Star Wars Catalunya, Legión 501 (gran trabajo el que hacen "los chicos malos") o Star Trek.

Pero si algo brillaba con luz propia en esta planta era Nintendo. Yo no soy un gran seguidor de la Gran N (es más, continuo con mis dudas respecto a la nueva consola que han sacado, la Switch), pero esta vez la zona dedicada a la compañía nipona en la planta superior del Palacio 2 era asombrosa: un macro-stand plagado de Switch, donde podían probarse los juegos que ya están en venta y algunas joyas de la corona que ni siquiera tienen fecha de salida; Splatoon, Mario Kart o Arms lucían esplendidos en partidas multijugador que podían jugarse en el mismo stand.

Palacio 4

Zona infantil, exposiciones variadas, talleres de youtubers o talleres de cómics son algunas de las cosas que podían encontrarse en esta zona.
Respecto a las exposiciones diría que como cada año, a gustos. Para mí perfectas las expos dedicadas al TBO, Lucky Luke y Superheroes Fuera de Control (o depresivos como me gusta llamarlos a mí), floja la de Gaudí entre viñetas (lo siento, no acabo de verle el que a la cosa) y sin interés (al menos para mí) algunas otras como la de Milton Caniff o Will Eisner.
La sorpresa agradable del jueves fue encontrar en la zona del TBO y durante el recorrido que la organización (Carles Santamaría, Patrici Tixis,...) junto con Santi Vila, Conseller de Cultura de la Generalitat, al entrañable Josep María Blanco, el histórico dibujante de "la familia Ulises", memoria viva y parte de la historia del TBO que tantos buenos ratos me había hecho pasar de joven.

Resumiendo...

Se que es muy complicado comparar, de hecho prácticamente imposible, pero tras nuestras quejas por una organización que a nosotros nos parecía poco correcta del pasado Salón del Manga en noviembre, esta vez FICOMIC ha superado con creces mis expectativas, consiguiendo distribuidor de forma adecuada los espacios, trayendo exposiciones y conferencias interesantes, o invitados de lujo (no he hablado de ellos, pero un placer disponer en cartel de artistas como Kim Jung Gi, Liza Donnelly o Jill Thompson entre otros) y logrando que, aparte de aconsejarlo y marcarlo como visita obligada de cada año, pasáramos varios días en un gran ambiente y rodeados de gente que hace del mundo del cómic su pasión.

Para este año, los que no hayan ido llegan tarde, pero FICOMIC ya está trabajando en lo que será su edición número 36 que se celebrará, donde siempre, en Fira Montjuïc, del 3 al 6 de mayo del 2018.

Os dejo algunas fotos de estos días, el resto en nuestro álbum del 35 Salón del Cómic de Barcelona:

Larga y Prospera Vida

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